Tras sorprender a medio mundo con la intrigante historia de Rael en el genial disco conceptual “The Lamb Lies Down on Broadway”, la banda se vio una vez más de regreso a los estudios para grabar el que sería uno de sus álbumes más celebrados. Y es que muchos no salían de su asombro cuando escucharon el disco por vez primera y comprobaron que la soberbia calidad de la música se mantenía intacta a pesar de los tiempos adversos que vivía este extraordinario grupo de rock progresivo.
Recordemos que para el año 1975 Peter Gabriel decide abandonar la aventura que era GENESIS para embarcarse en proyectos en solitario. Incluso los más optimistas pensaron que era el fin de esta gran banda y vieron en “The Lamb…” como la coronación de una época brillante, deliciosa e irrepetible. Grande fue la sorpresa cuando el grupo anunció que no sólo no habría separación sino que habían iniciado un casting para reemplazar a Gabriel y lanzar un nuevo álbum. La empresa parecía destinada al fracaso, GENESIS había recibido un golpe tremendo con la salida de Gabriel, su visionario y extravagante líder, carismático showman e inspirado liricista. Una banda de menor categoría hubiese sucumbido bajo la presión. Afortunadamente, este no era el caso.
Después de todo, GENESIS no era sinónimo de Gabriel. Aun quedaban Steve Hackett y su talento puro con la guitarra, Tony Banks - acaso el mejor tecladista que haya visto el prog rock -, el eximio percusionista Phil Collins (que se repartió entre sus labores en la batería y su rol como nuevo vocalista) y Mike Rutherford, un músico mucho más genérico que el resto pero sumamente eficiente en su función. Así arranco esta nueva fase… y los resultados no pudieron ser mejores.
¿Lo mejor del disco? Casi todo, por decir menos. “Dance on a Volcano” y su explosiva sección instrumental; la bellísima “Entangled” y su estribillo pastoral que culmina con un melotrón de ensueño, haciéndonos pensar que dicho instrumento fue concebido sólo por y para ese momento; “Squonk”, donde Collins demuestra toda su potencia detrás del micrófono; “Mad Man Moon” que contiene una de las composiciones más sobresalientes del maestro de los teclados, Tony Banks; “Robbery, Assault & Battery” con su bufonesco estilo, en la misma vena de títulos anteriores; “A Trick of the Tail” y el divertido repetitismo que nos lleva al cierre con “Los Endos”, virtuosismo instrumental en su máxima expresión y digno cierre de tan talentosa banda.
Mención aparte merece “Ripples”, épica composición que nos hace olvidar (aunque sea momentáneamente y a riesgo de ser llamado hereje) que Gabriel alguna vez perteneció a la banda. Magistralmente interpretada, alcanza su clímax a la mitad de la canción con un instrumental de locura, puro feeling, pura pasión, puro talento para configurar una de las mejores interacciones entre la guitarra y el sintetizador jamás imaginadas.
Integrantes:
Tony Banks: Órgano, sintetizador, piano, guitarra de 12 cuerdas, melotrón, coros.
Phil Collins: Percusión, batería, voz principal, coros.
Steve Hackett: Guitarra eléctrica y acústica, guitarra de 12 cuerdas.
Mike Rutherford: Bajo, pedaleras, guitarra de 12 cuerda:
TRACKLIST:
1"Dance on a Volcano" - 5:54
2"Entangled" - 6:27
3"Squonk" – 6:27
4"Mad Man Moon" – 7:34
5"Robbery, Assault and Battery" – 6:16
6"Ripples" – 8:04
7"Los Endos" – 5:47
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